Los pasillos se revisten con materiales duraderos y discretos, generando una atmósfera tranquila que anticipa las habitaciones. La intervención respeta la estructura existente y reorganiza los recorridos de manera funcional.
En cada estancia se cuidó la proporción entre luz natural, texturas y mobiliario. El resultado es un conjunto de habitaciones acogedoras, sobrias y con un carácter contemporáneo que no compite con el edificio original.
Los materiales seleccionados aportan resistencia y elegancia sin sobredimensionar la inversión. Este equilibrio asegura un mantenimiento sencillo y prolonga la vigencia estética de los espacios.
Se aplicaron soluciones técnicas que permiten un uso intensivo propio de un hotel, sin renunciar a la sensación de lujo contenida. El resultado es un espacio preparado para perdurar en el tiempo.
El hotel forma parte del recorrido del Camino de Santiago, lo que otorga un contexto de tránsito y encuentro cultural. La reforma responde a esta vocación acogedora, ofreciendo espacios capaces de recibir a un público diverso con calidad y confort.
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